Monument Festival 2025: un viaje sonoro y humano entre bosques noruegos

Llegar a Veggli es entrar en un paréntesis del mundo. Del 31 de julio al 3 de agosto, la aldea noruega volvió a convertirse en un refugio donde la música, la naturaleza y la comunidad se entrelazan en un mismo latido. Monument Festival no es simplemente un festival: es una experiencia inmersiva que invita a parar, escuchar y reconectar.

Una bienvenida consciente

Desde el primer momento la calidez del recibimiento marcó la diferencia. La organización revisaba cada macuto con atención, asegurándose de que no entrara cristal al recinto, una medida que protege y respeta el paraje natural. Gracias a esto, caminar descalzo entre hierba, tierra y troncos se convirtió en algo cotidiano, una sensación liberadora que pocas veces se vive en un festival.

Nadie dejaba basura, todo el mundo cuidaba el espacio. La organización incluso regalaba un cenicero portátil y recordaba que cada asistente debía traer o comprar su propio vaso reutilizable, con el que se servían todas las bebidas. Pequeños gestos que, sumados, construían una convivencia armoniosa y sostenible.

Ritmo de día, descanso de noche

Algo único de Monument es que está diseñado para disfrutarse de día, en sintonía con el entorno. Por la noche, el festival invita al descanso, al silencio y al sueño profundo. Y, sin embargo, siempre había espacio para la resistencia: un grupo de asistentes montó su propia carpa a modo de discoteca silenciosa, manteniendo vivo el pulso del baile para quienes querían prolongar la experiencia.

Uno de los momentos más bellos fue despertar por la mañana, servirse un café y sentarse sobre un tronco, rodeado de bosque, mientras la música ambient llenaba el aire. Una rutina simple que se volvía casi ceremonial.

Un line-up que rozó lo sublime

El viaje musical de Monument Festival fue diverso y preciso, pero hubo tres momentos que se grabaron con especial intensidad en la memoria:

Rosillon 

Su sesión fue un homenaje a la pureza del formato analógico. La selección de joyas ocultas llevó al público a un estado hipnótico, profundo y cálido a la vez. Una de esas actuaciones que recuerdan por qué el vinilo sigue siendo un lenguaje único en la música electrónica.

*La sesión compartida no corresponde al set de Monument. Ese día el músicón fue único e irrepetible.

Xiaolin 

Su propuesta llevó el techno a una dimensión inesperada. Con un set cargado de energía, beats precisos y texturas envolventes, Xiaolin incorporó el violín como un elemento vivo y visceral. Entre capas rítmicas contundentes y melodías de cuerda electrizantes, su actuación se sintió como un ritual contemporáneo que hizo vibrar el bosque de principio a fin.

*La sesión compartida no corresponde al set de Monument. Ese día el músicón fue único e irrepetible.

Beatrice M B2B Bambi 

Dos artistas en perfecta sintonía que ofrecieron quizá el set más elegante y a la vez bailongo de todo el festival. Con una selección que viajó del techno al dub techno, de los breaks al intelligent drum&bass, su sesión fue un viaje dinámico y sofisticado, lleno de sutilezas y giros inesperados. Cada track parecía dialogar con el anterior, manteniendo una coherencia impecable a la vez que sorprendía en cada transición. Una demostración de maestría compartida que dejó huella en el Varden Stage.

*La sesión compartida no corresponde al set de Monument. Ese día el músicón fue único e irrepetible.

Más allá de la música

Monument no solo es música: es comunidad, conciencia y cuidado. Desde el yoga hasta las experiencias culinarias, pasando por los encuentros espontáneos junto al fuego, todo estaba diseñado para nutrir cuerpo, mente y espíritu.

Un lugar al que siempre volver

Monument Festival es un destino, un rito y un refugio. Un lugar donde perderse y reencontrarse. Más que un festival, es un recordatorio de lo esencial: que todos compartimos un mismo pulso. Una fecha que merece estar marcada en el calendario año tras año.